Fundación Gabriel









En la Fundación Gabriel pasé dos meses, compartiendo muchos momentos con los chicos (la mayoria de ellos con Sindrome de Down, el resto con otros tipos de discapacidades psiquicas o físicas) y con sus familiares.
Realicé muchas tareas alli como voluntario (apoyo escolar, excursiones, diseño de campañas de sensibilización, entrenamientos...) pero mi principal labor fue entrevistarme con los padres o madres, sobre todo madres (solteras o abandonadas muchas de ellas) para elaborar una base de datos con las historias de los chicos. Increible las fuerza que tienen. Sobre todo, me enseñaron a ver que la vida merece la pena ser vivida. A pesar de los inconvenientes, a pesar de las desgracias, a pesar de los malos momentos, a pesar de todo, merece la pena sonreir...

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