LUIS, una personita muy especial


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Luis, un niño con paralisis cerebral al que durante 11 años le habian tenido en casa encerrado sin llevarle a ninguna escuela. Con esa edad le trajeron a la Fundacion Gabriel. Estando yo alli, la madre dejó de llevarle simplemente porque sí, no fue capaz de darnos ninguna explicación convincente. Tras varias visitas a su casa (por llamar de alguna manera el lugar donde vivian), una mañana Luis apareció de nuevo en la Fundación. Todos nos alegramos muchísimo y le abrazamos, a pesar de que a los 5 minutos descubrimos que el pobre estaba hasta arriba de piojos. Son muchos los niños que hay en la Fundación Gabriel y en ocasiones no se les puede ofrecer una atención todo lo individualizada que seria deseable. Yo simplemente jugué un par de veces con Luis a la pelota durante el recreo, intentando que me la devolviera cuando yo se la lanzaba y ya desde entonces me buscaba muchas veces, y me miraba de manera especial. Un gesto tan simple como jugar con él a la pelota durante 20 minutos, un gesto que quizá nadie había tenido con él nunca en sus 11 años...
La historia de Luis me motivó a escribir estas líneas:


UNA OPORTUNIDAD

Un solo rojizo, abrasador
tiñe la arena en el patio,
una pelota en el aire
una risa y algún llanto
unos ojos que, perdidos,
en una esquina quedaron,
unos ojos que te miran
y en el silencio ya hablaron,
unos ojos que te piden
atención, ayuda, abrazo
arena sucia en su cara
pantalones derrotados,
en la cara la tristeza
de muchos años en blanco
¿por qué nadie creyó en mí,
en mi fuerza, en mi alegría,
por qué nadie pensó en mí,
pensó que algún día podría?
Una oportunidad pedí,
tantos años no me dieron,
encerrado en una casa,
entre una pared y un cerco,
ahora por fin me brindaron
esta oportunidad merezco
y ahora mis ojos te miran
necesito más afecto,
y ahora mis ojos desnudos
lloran, gritan, no están muertos
sienten la felicidad
de todo lo que hoy aprendo,
sienten la necesidad
de tus brazos en mi cuello
y ahora mis ojos susurran
sé que podré, yo puedo

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